Se muda a la ciudad de Nueva York en 1968 con su familia. Viven en Queens y el Lower East Side, donde se encuentra con otros artistas Latinoamericanos con quienes entabla relaciones profesionales y personales. Entre ellos Fernando Botero, José Gurvich, artistas hoy reconocidos que se reunían en tertulias pero, con la excepción de Botero, no podían conseguir exhibiciones ni representación en las galerías, centros culturales, ni museos
Se encuentra viviendo en un momento importante cuando se cuecen distintas corrientes del arte muy importantes tales como El Pop Art, y crecimiento del Arte Conceptual. También estaba en su apogeo el Expresionismo abstracto. Empieza la fusión del arte y la tecnología, sobre todo el video-arte en lugares como el Howard Wise Gallery.
Por fin tuvo encuentros con las obras verdaderas conocidas anteriormente a través de los libros y reproducciones, en los museos de Nueva York, Filadelfia y el Distrito Federal de Washington. Allí llega a tener un entendimiento de las medidas de las pinturas, sus esquemas y colores. Llega a ver y a profundizar su conocimiento de las distintas etapas del arte: de lo clásico a lo moderno, y se interesa y enfoca su interés en el Dadaísmo y el Surrealismo.
Tomó clases de grabado con Ben Bianchi en Parsons School of Design y contó con su apoyo incondicional.
Aunque seguía su vida artística por razones económicas, trabajó en una serie de fábricas pintando aretes, ornamentación, y objetos de decoración, además ensamblando radios.
Al tener su primera hija, encontró su mejor trabajo, aunque le pagaban un salario mínimo; era reconstruir pinturas modernas al estilo de otros pintores conocidos bajo la orden de decoradores en Karl Mann Associates.